A veces, sí: se puede embellecer la belleza.
El concierto “Outras trece canciones bonitas” fue una de esas experiencias que tocan algo profundo. En el entorno mágico del monasterio de la Armedilla, la zanfona, el órgano de Barbaria, el oboe y el corno tejieron un viaje sonoro lleno de sensibilidad, virtuosismo y emoción.
Gracias a Germán Díaz y Benxamín Otero por regalarnos su música, por hacernos sentir, vibrar y guardar silencio. Gracias también a Armando Records, al Ayuntamiento de Cogeces del Monte por su apoyo, y a Café-Bar San Remo por el remate perfecto de la velada.
Y, por supuesto, gracias a Jesús Guerra Martínez por captar con su cámara la magia del momento.
A todos los que vinisteis: gracias por formar parte.
Esto no se olvida fácilmente.





