El pasado sábado, 17 de mayo, disfrutamos de una nueva jornada cultural en buena compañía. Nuestro destino: el Monasterio del Parral, en Segovia, el último cenobio habitado por la Orden de San Jerónimo. Un lugar lleno de historia, silencio y belleza, que pudimos conocer en profundidad gracias a la visita guiada.
Tras un paseo por la ciudad, que vivía esos días el ambiente festivo de Titirimundi, pusimos rumbo al Palacio de La Granja de San Ildefonso, donde recorrimos sus estancias y, lo más espectacular, contemplamos correr el agua en cuatro de sus fuentes monumentales. Un espectáculo que nunca deja de impresionar.
El tiempo acompañó, y el grupo —como siempre— fue el ingrediente perfecto para una jornada en la que aprendimos, reímos y disfrutamos.
Seguiremos saliendo a descubrir nuestro patrimonio.
Gracias a todos los que lo hacéis posible.





